Es hora de perder el miedo, es hora de volver a empezar. Pensé que eras diferente y me negué a escuchar a quien me advirtió sobre ti, y sobre el daño que me podías hacer.
Ya no estás, y ya no hay nada que temer, ni nada que esperar.
Ojalá y algún día puedas entender que lo que haces está muy mal, y no tengas que aprender a palos, como me tocó a mí.
Por ahora, ya ni pensarte, ni escribir de ti vale la pena, es hora de parar todo esto, incluido el dolor.
No Más!!!