viernes, 2 de octubre de 2020

Sirius

No te encontré por casualidad, estaba escrito que debía conocerte y enfrentarme a ti. Escuché de ti y me negué a saber quien eras por un tiempo, o tal vez algo dentro de mí, presentía cierto peligro, pero era inevitable.

En un momento de la más profunda oscuridad, tu luz me iluminó. Eres la estrella más grande que jamás creí poder alcanzar. Tu piensas que eres una simple luna, pero no, eres Sirius, la estrella más brillante del universo y te lo dije, intenté hacer que lo entendieras pero la oscuridad que te rodea no te deja verlo y en eso nos parecemos.

Un día me despertaste, volví a sentir alegría, volví a sentir emociones, volví a sentir pasión, recordé lo que era estar viva, y sentí miedo. Viví contigo, compartí contigo y fue genial. Te lo agradezco.

Durante mucho tiempo estuve en un estado en el cual no sentía nada, emocionalmente estaba en estado de coma, conectada a un respirador artificial, con depresiones y alteraciones que técnicamente eran leves porque al día de hoy son cosa de niños, no se comparan con el dolor que siento. Me estás matando.

Nunca había sentido un dolor tan profundo, tan asfixiante, tan extremo, que hiciera que sientiera que la única forma de pararlo es haciéndome daño: tomar un cuchillo, abrir mi brazo y ver mi sangre correr. ¿Por qué? ¿Qué lograría con eso? No fue un cuchillo, pero si fue una aguja y no es una herida profunda pero si un buen raspón, pero es suficiente para reaccionar. Esto debe parar.

Cuando te conocí me disocié y me converti en ti. Empecé a vivir tu vida. Empecé a vivir a través de ti. Me conecté contigo. No lo puedo explicar porque no sé como funciona esto, solo sé que de alguna manera en mi mente parecería que siento lo que tu sientes. Si tú estas bien, yo estoy bien y si tú estas mal yo también lo estoy. Cuando te digo háblame es porque necesito entender como estás para actualizar el sistema operativo en mi cerebro y cargar los últimos archivos, pero si no lo haces simplemente me dejas en el limbo. Necesito desconectarme y reiniciar todo el sistema operativo, volver a ser yo. Volver a conectarme al respirador artificial. Tengo que ponerme en coma de nuevo.

Te digo que te amo porque es lo que siento, pero ¿esto es amor de verdad? Si no duermo, no como, si solo estoy llorando, si me duele tanto...

Estoy para ti, eso no cambia, pero no puedo dejar que me arrastres hasta el fondo del mar.