sábado, 28 de enero de 2012

Tiempo

Hoy tengo tanto que decir, y a la vez nada.  Hace mucho no pasaba un sábado asi, sola? pues no, en realidad tengo una sobredosis de ansiedad dentro de mí, que a ratos me quita el aliento.

Quisiera estar en algún lugar lejano, mirando un paisaje, sintiendo la brisa helada, y no en esta cama con la tele encendida y con síntomas de una depresión profunda.

Rayos... como duele el vacio de lo que quisieras pero no puedes tener!!! No me agrada sentir ese escalofrío en mi cuerpo cada cinco segundos.  

Por un momento me dejé llevar por la ilusión, por los sueños: me permití creer que podría tener un hogar propio, con muebles lindos, no con lujos pero si con lo necesario. Vi el pequeño departamento, cada detalle, cada adorno, todo en mi cabeza, y no solo fueron las cosas materiales, tenía tantos planes, sorpresas, amor para quien sería mi esposo...

Hoy no queda nada, estoy nuevamente sentada en el único lugar que queda en pie cuando el castillo de cristal ha sido destrozado por completo: las gradas de acceso; y detrás de mí, los escombros.

Que debo limpiar, ya lo sé.  Que debo volver a construir, ya lo sé.  En realidad la pregunta ahora es para qué? Para que si cada vez que construyo algo, se hace trizas.  Para que si vuelvo a estar una y otra vez sentada aquí y ya ni siquiera llorando porque al parecer ya ni lágrimas me quedan o más bien, ya ni para llorar me quedan ganas.

Los sueños, sueños son....algunos se harán realidad, otros no.  La vida es una sola, y hay tiempo para todo: tiempo para llorar, tiempo para reir, tiempo para trabajar, tiempo para pasear, tiempo para estudiar, tiempo para pensar, tiempo para soñar, tiempo para hacer los sueños realidad...