viernes, 15 de abril de 2022

Bucle

 Hoy me lo he pasado pensando en ti, en un bucle sin fin.

Mi cerebro sólo se atora en un tema como lo hacía un disco de acetato rayado.

No es que imagine cosas o recuerde cosas, sólo estás dando vueltas a mi alrededor. Me miras, te miro, sin hablar, solo estás ahí.

Saber que tienes claro que me hiciste daño parece que fuera un aliciente para todo el dolor que una vez sentí.

Te odiaba, pero al mismo tiempo me costaba creer que fueras capaz de hacer lo que me dijeron.

Conocía una faceta de ti, que no la mostrabas a los demás, por lo menos eso es lo que creía.

Te extraño. A veces sí, a veces no.

Es inevitable recordarte cuando escucho esa música que te gustaba, y no es que la busque, solo escucho la voz del cantante y vienes a mi mente.

Hay cosas que no puedo recordar, aunque parecería que lo recuerdo todo.

Solo sé que lo pasaba genial contigo y que llegué a hacer cosas que, estando en mis cabales no las habría hecho. Supongo que quería que me vieras, que supieras que estaba ahí para ti, que de verdad sentía algo muy grande por ti, y no sabía como decírtelo o demostrártelo.

Al mismo tiempo te tenía miedo, porque sabía que te había dado el poder de destruirme. Te dejé entrar a mi vida, a lo más profundo de mi ser, a un mundo que hasta yo desconocía.

No te voy a mentir, a veces si quisiera verte y saber si en realidad ya no duele. Estar detrás de una pantalla de cierta forma hace que me sienta segura, pero ya cara a cara, sé que no será igual.

Debo aterrizar. No me quiero estrellar.

Te quiero mucho GARF.